Elisabet Silvestre, bióloga, experta en bioconstrucción, Contaminación Ambiental, Hábitat Saludable, docente en Biohabitabilidad y autora de Vivir sin tóxicos (RBA) nos habla de tres parámetros a considerar para diseñar edificios más saludables.
Archiimpact: ¿Qué podrían tener en cuenta los arquitectos para evitar la creación de ambientes intoxicados?
Elisabet Silvestre: El garantizar una óptima calidad del ambiente interior es la clave para obtener edificios más saludables y evitar la presencia de determinados factores de riesgo ambientales que pueden acabar mermando el bienestar y la salud de las personas que forma habitual son usuarias del espacio.
Para ello es preciso tener un conocimiento de los diferentes factores de riesgo, cómo se originan, los indicadores a evaluar, así como las opciones y soluciones para llegar a minimizarlos y evitarlos. Y lo más importante, considerarlos desde el mismo momento del diseño del proyecto, con ello se garantiza que la construcción o la rehabilitación cumpla criterios de salud ambiental en relación a las personas. De otro modo, se tendrán que tomar una vez está en uso el edificio, y ante la aparición de problemática de salud de las personas usuarias, aplicar medidas para paliarlas.
Algunos de los parámetros a considerar se imparten en el ciclo formativo de arquitectura, también se consideran en el CTE, como por ejemplo son los parámetros de temperatura y humedad relativa del ambiente interior. En cambio muchos otros, aunque se conocen, no se contemplan, y siguen siendo motivo de problemática.
Pondré tres ejemplos:
- Uno en relación a cómo la presencia de campos electromagnéticos en combinación con un ambiente interior con baja humedad relativa, muy tecnificado y presencia de materiales sintéticos, puede asociarse a la presencia de la lipoatrofia semicircular (LS), una pérdida del tejido adiposo subcutáneo de las zona del cuerpo (como muslos o antebrazos) que están en contacto con los materiales (como la mesa de oficina). No se conoce todavía la etiología de la LS, entre otros factores, pero el realizar derivación a toma de tierra de todos los elementos conductores, ayuda a prevenirla.
- Otro ejemplo podría ser la radiactividad natural del terreno donde se construye o rehabilita el edificio. Solo con considerar este factor en el diseño del proyecto, permite adoptar medidas para evitar que el radioactivo gas radón pueda entrar en el espacio interior y ser inhalado al respirar. El gas radón es un reconocido cancerígeno, primera causa de cáncer de pulmón en personas no fumadoras, y aquí los arquitectos tienen un papel fundamental en evitar que entre al interior del edificio, implementando soluciones técnicas como soleras ventiladas, entre otras medidas.
- El tercer ejemplo sería las sustancias químicas volátiles presentes en los materiales de construcción, y muy especialmente, en los de acabados de interior. Apostar por los que minimizan los compuestos orgánicos volátiles, es una medida que ayuda a garantizar la calidad del ambiente interior, y depende de la elección de los materiales.
En la práctica, el trabajar con equipos multidisciplinares permite aunar todos los indicadores para asegurar un edificio sostenible, eficiente y saludable. En este sentido, mi labor es la de incorporar los indicadores de Biohabitabilidad, de cómo crear espacios habitables desde los parámetros de la biología humana, lo que nos permite diseñar, construir y rehabilitar considerando el vector salud de forma transversal desde el diseño, hasta la ejecución y posteriormente el mantenimiento del edificio.
3 comentarios en “Micro-interview: Elisabet Silvestre y la Biohabitabilidad”
Tendríamos que animarnos a hacer una campaña para que todo esto se enseñe en las escuelas de arquitectura.
Algo se hace en la UIC, aunque poco todavía, y creo que nada en las otras escuelas.
Empezamos una campaña con esta finalidad?
Hola Toni, estoy muy de acuerdo con tu iniciativa, ¿cómo se te ocurre comenzar?
¿Quizá un taller gratuito para la toma de conciencia del espacio?