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Del universo al hábitat. Física, Filosofías orientales y Arquitectura.

Recientemente he leído un libro que recomiendo, El Tao de la Física, de Fritjof Capra, publicado por primera vez en 1975. El objetivo de este libro es mostrar los paralelismos que hay entre conceptos de la física moderna y la cosmovisión de las distintas filosofías religiosas de Oriente.

A pesar de las cuatro décadas que tiene el libro, el tema es muy contemporáneo y elabora los motivos por los que el conocimiento racional de los físicos y el conocimiento intuitivo de los místicos orientales concuerda en muchos elementos. Éstas evidencias y las maneras complementarias en que cada ámbito las describe, nos pueden ayudar a comprender mejor la naturaleza total del universo y de sus partes, como es la relación entre las personas y su hábitat.

Las coincidencias entre físicos y místicos son tales que Julius Robert Oppenheimer dice lo siguiente:

“Las ideas generales sobre el entendimiento humano… ilustradas por los descubrimientos ocurridos en la física atómica, no constituyen cosas del todo desconocidas, de las que jamás se oyera hablar, ni tampoco nuevas. Incluso en nuestra propia cultura tienen su historia y en el pensamiento budista e hindú ocupan un lugar muy importante y central. Lo que hallaremos es un ejemplo, un desarrollo y un refinamiento de la sabiduría antigua” J.R.Oppenhiemer, Science and the Common Understanding, Oxford University Press, Londres, 1954.

En este artículo voy a resumir tales concordancias para definir un marco de conceptos “demostrados” con los que poder discernir sobre principios de diseño arquitectónico del pensamiento oriental.

Templos en la ciudad de Orchha, India.

Física moderna

El libro expone muy detalladamente la historia de la física y los distintos modelos de la física moderna, ejemplificados con casos que permiten una comprensión profunda de los conceptos que aquí resumidamente señalo.

La física subatómica ha penetrado en la composición de las partículas que conforman los electrones, los protones y los neutrones y hallado más de 200 tipos de sub-partículas. Ha llegado a la conclusión de que no podemos descomponer el mundo en unidades que existan independientemente. Todo lo que existe aparece como una telaraña de relaciones existentes entre otras partes.

La física cuántica es como llamamos a la rama de la física que ha estudiado las propiedades de las partículas o cuantos como por ejemplo los electrones que circulan alrededor de los núcleos atómicos. Ha demostrado y definido matemáticamente que no se puede localizar la posición exacta de una partícula, sino solamente identificar una órbita o campo de probabilidad de que se manifieste. En los átomos, como en las radiaciones electromagnéticas de la luz, las partículas en movimiento se trasforman en ondas y viceversa, siendo ambas apariencias manifestaciones de energía en movimiento. Por ello la física cuántica concluye también que  las partículas materiales aisladas son abstracciones. Por otro lado demuestra que la materia no está nunca en reposo sino en un estado contante de movimiento. Además, las propiedades de una partícula observada quedan influidas por el observador y no se pueden comprender fuera del proceso de observación.

Con la física relativista, que proviene de la teoría de la relatividad de Einstein, se termina la concepción del espacio tridimensional y del tiempo como verdades fijas, y en física ya no se concibe uno separado del otro. El conjunto cuatridimensional de espacio-tiempo puede además ser curvado. En conclusión, la realidad del “espacio exterior” es muy diferente a nuestra percepción.

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Filosofías orientales

La característica esencial y común en las filosofías religiosas orientales es la búsqueda e interpretación de la experiencia mística. Consiste en una experiencia directa de la realidad, más allá del pensamiento racional y de las percepciones sensoriales. Esta experiencia de la realidad surge de un estado no ordinario de consciencia, al que se accede a través de la meditación. Lo experimentado desde este estado ha sido considerado por los místicos como la esencia del universo, y la descripción que dan de ella concuerda con el paradigma presentado actualmente por la física moderna. Veamos cuáles son estas filosofías.

Hinduismo: El hinduismo no se puede considerar una religión definida ya que cuenta con muchas facetas filosóficas y religiosas e innumerables sistemas de cultos, rituales y dioses. Lo que comparten todas las formas de hinduismo es el respeto a unas escrituras sagradas que constituyen en fundamento religioso de todas ellas. Estos textos,  llamadas Vedas,  son una colección de antiguas escrituras de distintos autores de entre los siglos XV y V a.C. Los Vedas dan un nombre a la realidad última, que es  Brahman. Es un concepto que trasciende todas las cosas y no puede ser comprendido ni descrito por la mente. Sin embardo, para hablar de él y de las múltiples facetas de la realidad, se representa como una o varias divinidades. Otros conceptos claves del hinduismo son la concepción de que el universo existente es una forma del lila o juego divino donde todas las partes están dinámicamente relacionadas y en constante movimiento por la fuerza o acción del karma. La percepción estática, racional y los conceptos fijos que tenemos de las cosas y elementos que nos rodean son parte del maya o ilusión ficticia de nuestra percepción. Solo a través de la experiencia mística, que en la filosofía hindú se llama moksha, se puede trascender el maya y experimentar que todo forma parte de una misma realidad, incluido nuestro propio yo. Ello es el Brahman. Esta liberación puede ser alcanzada por individuos que practiquen tenazmente uno de los cuatro caminos para obtenerla: la meditación, el yoga, la devoción o la acción desinteresada.

Budismo: El budismo se basa en la experiencia de una sola persona, Siddhartha Gautama, el llamado Buda, que vivió en India en el siglo VI a.C. Buda transmitió su iluminación o experiencia mística no en términos religiosos sino de un modo práctico enfocado en la situación de la persona humana.  Su doctrina se trasmitió de sus Cuatro Nobles Verdades. La primera describe que el ser humano sufre, la segunda dice que lo hace por su apego a las facetas ficticias e impermanentes de la realidad (el maya hindú). La tercera Noble Verdad dictamina un modo de liberarse de ello, alcanzando el estado de iluminación o nirvana. Y la última propone un camino de autodesarrollo para obtener ese estado. El budismo se expandió a través de numerosas escuelas que generaron muchas teorías filosóficas y enseñanzas para describir el universo y establecer cánones de conducta, dando importancia al desarrollo de la intuición, el amor y la compasión. Sin embargo, sus propios filósofos (Nagarjuna) llegaron a  reconocer que todos los conceptos sobre la existencia y la vida formados por la mente humana estaban vacíos y que solo existe una única realidad que todo lo une; el Dharmakaya (el Brahman hindú). El budismo llegó China y Japón hacia el siglo I d.C. y produjo uno de sus textos más importantes, el Avatamsaka. Su tema central es la unidad e interrelación existente entre todas las cosas y sucesos, una concepción paralela a la que describe la física moderna.

Pensamiento Chino: La cultura china es una de las más antiguas, con más de cuatro mil años de antigüedad. Tradicionalmente existe en su sociedad y en las escuelas filosóficas un interés compartido tanto por el conocimiento trascendental de la realidad como por las relaciones humanas y la gestión de la vida cotidiana. El concepto clave es el de Tao, la palabra china para referirse a la realidad última, con la particularidad que ésta se concibe como un todo cíclico entre dos polos; uno de máximo movimiento y otro de máxima quietud. El Tao se expresa también en todas las formas de la naturaleza, y se reconoce en los ciclos día-noche, verano-invierno, vida-muerte. Esta polaridad representada por el Yin-Yang o la dualidad femenino-masculino es bien recogida en El Libro de los Cambios; un texto, en su primera versión escrita hacia el s.XIII a.C, que describe 64 puntos distintos dentro del ciclo del Tao y puede tener un uso oracular para adivinar en que momento del camino se encuentra uno y cómo puede actuar para seguir el orden natural. Lograr ésta harmonía es el fin último de toda la cultura y filosofía chinas. En siglo VI a.C., contemporáneamente al Buda, aparecen dos personas de las que derivarán corrientes filosóficas opuestas pero complementarias*. Kung Fu Tzu o Confucio es el padre del confucionismo, que está centrado en la organización de la vida social. Lao Tsé funda el taoísmo, interesado principalmente en la observación de la naturaleza cíclica y la realización de la experiencia mística, y escribe el célebre Tao Te King. Las percepciones del taoísmo coinciden con las del hinduismo y el budismo en cuanto a que la naturaleza es un todo dinámico, interrelacionado y superior a la comprensión con conceptos racionales.

“En la transformación y el crecimiento de todas las cosas, cada brote y cada característica tiene su propia forma. En ella está implícita su gradual maduración y su decadencia; el flujo constante de la trasformación y el cambio” Chuang-Tzu

*En el siglo XII Chu Hsi combinó el confucionismo, el taoísmo y la herencia budista en una síntesis filosófica.

Zen: EL Zen se desarrolló en Japón a principios del siglo XIII tomando los aspectos más pragmáticos de la filosofía china e budista hindú. Es básicamente budista ya que su única finalidad es el logro de la iluminación del Buda, también llamada Satori. El Zen no muestra ningún interés por la conceptualización, la filosofía y la especulación. Se trasmite a través de maestros. En la escuela Rinzai éstos emplean versos incongruentes para desbaratar la mente racional del alumno y en la escuela Soto se usan distintos ejercicios de meditación dinámica, además de la estática, que preparan al estudiante para la experiencia mística. No se propone un alejamiento del mundo, sino todo lo contrario; una implicación activa en la vida cotidiana, para experimentar la naturaleza búdica de todas las cosas. Se da mucha importancia a las artes, deportes y prácticas ya que pueden ser empleadas para entrenar la mente y ponerla en contacto con la realidad última.

Teshima Art Museum. Ryue Nishizawa

Coincidencias

Hay algunos puntos en común que se encuentran tanto en la visión oriental de la naturaleza del universo, como en las conclusiones de la física moderna derivadas de su compleja formulación matemática y aparatos de observación. Lo más evidente que se ha confirmado gracias a la física moderna es que todos los conceptos que empleábamos para describir la naturaleza (espacio, tiempo y elementos individuales) eran creaciones de la mente y no rasgos de la realidad.

Es admirable la similitud que existe entre la descripción que hacen los místicos y los físicos de los principios que deducen o experimentan. Por eso las citas que vienen a continuación pueden ayudar a captar la profunda relación entre ambas disciplinas.

La unidad de todas las cosas: Místicos y físicos coinciden en que todas las cosas están interrelacionadas en un conjunto inseparable, una especie de “telaraña cósmica”.

“La realidad fundamental es la inseparable interrelación cuántica de todo el universo y las partes que parecen funcionar de un modo relativamente independiente son simplemente formas contingentes y particulares dentro de todo ese conjunto” D.Bohm & B.Hiley, On the Intuitive Understanding of Nonlocality as Implied by Quantum Theory, 1975.

“El mundo aparece entonces, como un complicado tejido de acontecimientos, en el cual las relaciones de diferentes especies se alternan, o se superponen y se combinan, determinando de este modo la textura de la totalidad” W.Heisenberg, Phisics and Philosophy.

“El objeto material llega a ser… algo diferente de lo que ahora vemos, no es un objeto separado sobre el fondo o en medio del resto de la naturaleza, sino una parte indivisible e incluso de modo sutil, una expresión de la unidad de todo cuanto vemos” S.Aurobindo, The Synthesis of Yoga.

La inseparabilidad del observador humano: Las mediciones o percepciones que tenemos del mundo solo tienen sentido en cuanto al observador que las toma o percibe, pero no fuera de éste.

“Las ciencias naturales, no describen y explican la naturaleza simplemente, sino que forman parte de la interacción existente entre la naturaleza y nosotros mismos” W.Heisenberg, Phisics and Philosophy.

“El budista no cree un mundo externo que exista independientemente y separadamente, y en cuyas fuerzas dinámicas pueda el insertarse. Para el mundo externo y su mundo interior son solo dos lados de la misma tela, en la que los hilos de todas las fuerzas y de todos los sucesos, de todas las formas de consciencia y de sus objetos, estén entretejidos formando una red inseparable de relaciones sin fin, mutuamente condicionadas.” Lama Anagarika Govinda, Foundations of Tibetan Mysticism.

La superación de conceptos opuestos: La realidad del físico y del místico oriental trasciende los conceptos opuestos, como ondas y partículas, energía y materia, movimiento y reposo, existencia y no existencia.

“Si preguntamos por ejemplo si la posición del electrón permanece siendo la misma, hemos de decir que “no”; si preguntamos si la posición el electrón varió con el tiempo, tenemos que decir que “No”; si preguntamos si el electrón esta en reposo, debemos decir que “no”; si preguntamos si está en movimiento, hemos de decir que “no”. J.R.Oppenheimer, Science and Common Understanding.

“Se mueve. No se mueve. Está lejos y está cerca. Se encuentra dentro y está fuera”. Isa-Upanishad.

La relatividad del espacio y del tiempo: El paso lineal del tiempo y la tridimensionalidad invariable del espacio son sólo conceptos se nuestro limitado sistema de percepción. En la realidad están relacionados y son muy variables.

“La verdadera revolución que trajo al teoría de Einstein fue el abandono de la idea de que el sistema de coordenadas de espacio y tiempo tenía un significado como entidad física independiente. En lugar de esta idea, la teoría de la relatividad nos dice que las coordenadas de espacio y tiempo son solo los elementos de su lenguaje, que es utilizado por un observador para describir un medio” M.Sach, Space-Time and Elementary Interactions in Relativity Physics today, 1969.

“Un estado de completa disolución, donde no exista diferenciación entre la mente y el cuerpo, entre el sujeto y el objeto… Entonces miramos alrededor y vemos eso… que cada objeto está relacionado con todos los demás objetos… no solo espacialmente sino temporalmente… Experimentamos que no hay espacio sin tiempo, que no hay tiempo sin espacio; que se interpenetran”. ” D.T.Suzuki, On Indian Mahayana Buddishm.

La existencia de una cuatridimensionalidad: La realidad última debe entenderse como otra dimensión, dónde no existe tiempo ni espacio pero donde todo es un único dinámico.

“En la dimensión espacio-temporal, todo lo que para cada uno de nosotros constituye el pasado, el presente y el futuro se da en bloque… Cada observador, a medida que su tiempo va pasando, descubre, por así decirlo, nuevas porciones de espacio tiempo que aparecen ante él como aspectos sucesivos del mundo material, aunque en realidad el conjunto de sucesos que constituyen el espacio tiempo existe con probidad a su conocimiento de ellos” P.A.Schilpp

 “En este mundo espiritual no existen divisiones de tiempo tales como pasado, presente y futuro; porque se han contraído a sí mismas en un simple momento del presente, donde la vida palpita en su verdadero sentido… En este momento presente de iluminación están envueltos el pasado y el futuro y no es algo que permanezca inmóvil con todos sus contenidos, sino que se mueve incesantemente” D.T.Suzuki, On Indian Mahayana Buddishm.

“La experiencia de una dimensión más elevada se logra mediante la integración de experiencias de diferentes centros y niveles de conciencia. Por ello ciertas experiencias de meditación son indescriptibles en el plano de conciencia tridimensional y en un sistema de lógica de reducidas posibilidades de expresión que limita el proceso del pensamiento” Lama Anagarika Govinda, Foundations of Tibetan Mysticism.

“La tranquilidad absoluta es el momento presente. Aunque en este momento, este momento no tiene límite, y en esto radica su eterna delicia” Hui-neng.

Con ello podemos concluir que la aguda intuición de los sabios orientales combinado con sus experiencias místicas les condujo a conocer, ya antes de que la física lo describiera, los aspectos de una realidad difícil de percibir pero mucho más veraz.

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Sabiduría oriental y arquitectura

Las sabidurías orientales llevan milenios integrando y enseñando unos modos de vivir en coherencia con el conocimiento del universo del que se basan, que resultan ser más lúcidos y capaces de respetar la vida y evitar el sufrimiento. En la línea de mis intereses acerca del hábitat humano, he destacado el hecho que cada una de las filosofías orientales creó también una doctrina de diseño arquitectónico para favorecer la salud y el bienestar de las personas y el entorno.

Estos criterios están en coherencia con ese conocimiento superior que concuerda con la física moderna, y por eso hay, en mi opinión, más motivo que nunca para examinar su validez en apoyar la salud y la vida humana. Las doctrinas arquitectónicas orientales tienden a menospreciarse por su carácter pseudocientífico y su vinculación a creencias religiosas. Sin embargo, pueden ser examinadas bajo distintos puntos de vista.

Casa Oval. Tadao Ando

Si nos fijamos en el objeto de las construcciones, desde el pensamiento oriental se debe entender como la pura creación de una forma equilibrada con el resto del universo dinámico. El hábitat de la persona se considera inseparable de la existencia de las propias personas y sus sociedades. Los edificios están tan relacionados con éstas como con los árboles de los que se extrae la madera para su construcción, que a su vez se relaciona con el ciclo dinámico de la vida forestal, y así hasta el último bichito de la cadena, el más desapercibido órgano de nuestro cuerpo y el más alejado astro del universo. Bajo este paradigma es natural que surgieran complejas teorías para guiar la consecución del correcto equilibrio entre las partes. Sus doctrinas son hoy en día aún muy vivas y utilizadas tanto en oriente como occidente.

  • Vatsu shastra: Proviene del hinduismo. Para crear un equilibrio con la naturaleza y todos sus sistemas se da importancia desde el proceso constructivo hasta la geometría, los materiales y las distribuciones de los edificios. Esta doctrina es consciente de la influencia de la energía geomagnética terrestre y de la humedad, la ventilación, la luz y el espacio sobre el cuerpo y mente humanos. Las distintas distribuciones y compartimentaciones en forma de mandalas geométricos buscan activar centros energéticos en el edificio, considerando éste tan vivo como la propia persona y el Brahman.
  • Feng Shui: Proviene de la cultura y filosofía china taoísta. Así como en la salud y en todos los aspectos de la vida humana lo más importante de sus doctrinas es el fluir constante y en harmonía del Tao. Por ello los criterios de diseño están enfocados a permitir el natural fluir de la energía o Chi por el edificio y a manifestar y activar las distintas fases o arquetipos del Tao.
  • Zen: De la filosofía japonesa Zen proviene la idea de que todo, también la arquitectura, puede ser una inspiración para la experiencia mística. En el diseño de espacios dan importancia a la observación del dinamismo natural; por ello es importante la relación del edificio con su entorno, con la naturaleza y con el movimiento de las personas. Se caracteriza por la pureza y sobriedad de las formas y acabados y por la inclusión de detalles magníficos, para apreciar los cuales es necesario un sereno estado de atención. Os dejo aquí un artículo interesante sobre Tadao Ando y el Budismo Zen.

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66MRN Home. ONG&ONG Architecture.

Aunque la física y la mística nos digan que nuestro conocimiento racional es muy limitado frente a la realidad del universo, prágmaticamente es en esta experiencia limitada en la que nos tenemos que desenvolver. Sin embargo, demos validez o no al hecho de relacionar la práctica de la arquitectura con la concepción fisico-filosófica, no podemos negar que al hacerlo la arquitectura oriental ha centrado el diseño en un profundo respeto a la persona humana y a la naturaleza; resultando ser ecológica, saludable y de una belleza extraordinaria.

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Bibliografía

Capra, FritjofEl tao de la física. Barcelona: Sirio, tercera edición, 2000.

 

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