Salud

Deconstruyendo la electro-polución

En este artículo voy a hablar de qué es la electro-polución, cómo influye en la salud y qué recomendaciones propongo como precauciones. Pero en primer lugar quiero a explicar un poco por qué es importante este concepto y qué tiene que ver con los seres humanos.

Somos seres en equilibrio bio-eléctrico y magnético. ¿Qué significa esto? Para empezar, la Tierra está envuelta globalmente por un campo bio-eléctrico atmosférico y produce un campo magnético.

A nivel eléctrico, en la atmósfera hay una tensión entre la acumulación de cargas negativas más cerca de la superficie terrestre y el aumento de las cargas positivas a medida que nos separamos de la corteza. Del mismo modo, los humanos y todos los seres vivos, y también las células que nos componen, tenemos un campo eléctrico a nuestro alrededor con una tensión entre cargas negativas y positivas por la separación entre las dos. De hecho, la vida en sí misma existe por el intercambio eléctrico entre el medio y los seres vivos. Un ejemplo de nuestra sensibilidad al campo eléctrico es que descansamos más en posición horizontal, ya que la atmósfera no añade tensión entre nuestros pies y nuestra cabeza cuando quedan a la misma altura.

Debido a esta naturaleza nos cargamos de tensión eléctrica durante el día. Nos equilibra y mantiene la salud encontrar fuentes de cargas o iones negativos, cómo los que liberan las cascadas de agua, las plantas y los árboles y tantos otros elementos naturales. Si consideramos que la arquitectura debe ayudarnos a mantener nuestro estado de salud, debería poder ser un factor que nos ayude a ionizarnos negativamente y a mantener nuestro equilibrio eléctrico. En nuestra sociedad actual, sin embargo, ésta es una de las funciones que menos satisfacen nuestros hábitats. En este artículo voy a explicar por qué y cómo podemos procurar que los entornos construidos generen condiciones lo más parecidas posibles a las de la naturaleza.

Por otro lado, la influencia del campo magnético terrestre en los seres vivos es fundamental para la polarización de nuestras células, que permiten todos los procesos biológicos. Es tan vital para nosotros como la influencia de la luz del sol. La arquitectura puede ayudarnos a estar en contacto con este campo o aislarnos de él; y también puede exponernos a zonas excesivamente alteradas del campo y a otros tipos de radiaciones que deterioran nuestro estado de salud; pero de esto hablaré en un artículo específico sobre geobiología.

espectro electromagnetico OK

Cuando una serie de cargas eléctricas se ponen en movimiento se genera un campo electromagnético. Esta imagen representa el espectro electromagnético. Todas las intensidades de ondas de este tipo influyen sobre nuestro cuerpo. Sabemos que las más intensas o ionizantes son nocivas para la salud y nos protegemos todo lo que podemos de ellas; tanto de las que tienen origen natural (luz ultravioleta, radiactividad natural) cómo artificial (los rayos X de las radiografías, por ejemplo). Lo que se está haciendo patente más recientemente y probablemente nos falte aún investigación para poder determinar con claridad es el efecto nocivo que puede tener una exposición crónica a ondas de  baja frecuencia (como las microondas). Esto es importante ya que, como sabemos, estamos rodeados de ondas que generamos artificialmente.

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American University, El Cairo - Ricardo Legorreta
American University, El Cairo – Ricardo Legorreta

Tipos de electro-polución

¿Cuáles son entonces los tipos de campos y radiaciones no ionizantes de origen artificial que son presentes crónicamente en nuestro día a día y pueden estar teniendo efectos nocivos sobre nuestra salud?

  • Los campos eléctricos estáticos: Es la tensión electroestática, que existe en el ambiente aunque no nos estemos dando calambrazos todo el tiempo.

  • Los campos eléctricos alternos de baja frecuencia: Son los que transportan las líneas de alta, media y baja tensión y los que se generan alrededor de los cables eléctricos y los aparatos conectados.

  • Los campos magnéticos estáticos: Igual que la Tierra, cualquier metal ferromagnético los genera y desvían el campo magnético natural.

  • Los campos magnéticos alternos de baja frecuencia: Que generan todos los aparatos que contienen un trasformador o bovina; como altavoces, lamparitas con regulador, aparatos microondas, fluorescentes…

  • Los campos electromagnéticos: las ondas por debajo de la luz visible; que emiten todos nuestros sistemas de comunicación inalámbrica; wifi, llamadas etc.

Todos estos campos son lo que llamamos electro-polución.

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Riesgos para la salud

¿Cuáles son entonces los riesgos para la salud de la electro-polución?

Por un lado, nuestras células y nuestro cerebro necesitan un equilibrio electrostático para estar protegidos de la entrada de tóxicos, y la exposición a campos que alteran su equilibrio necesario debilita esta protección natural.

Por otro lado, los campos electromagnéticos desregulan la secreción y absorción de melatonina, que es la hormona responsable de nuestros ciclos de sueño-vigilia, y con ello de nuestro descanso y crecimiento. Hay quien la llama la “hormona de la eterna juventud” porque cuando sus ciclos no se alteran descansamos bien por la noche y nos sentimos activos por el día. Esta hormona se segrega gracias a la glándula pineal; que además de ser fotosensible es termo-sensible y radio-sensible. Es decir, se regula en base a la luz solar, la temperatura y las radiaciones naturales y artificiales.

Todas las personas notamos los efectos de una glándula pineal desequilibrada debido a la electro-polución (y otras causas). Los efectos son la somnolencia en ciertas horas del día, la dificultad para concentrarnos o el estrés. En los casos más agudos se puede considerar una patología: la electro-sensibilidad. Se relaciona con el insomnio, pérdida de memoria, migrañas, mareos, hipertensión… y en casos más agudos depresión, alzhéimer, daños en el ADN, leucemia o cáncer.

El efecto de la electro-polución depende de dos variables: el tiempo de exposición y la distancia.

Es decir, no es lo mismo para la salud estar 2 minutos atravesando una calle cerca de una estación de telecomunicaciones que dormir 8h al día cerca de otro tipo de fuente menos intensa pero que irradia un campo eléctrico de manera constante. Por eso conviene fijarse principalmente en qué radiaciones y campos hay en nuestros lugares de máxima permanencia; es decir, aquellos lugares donde podemos pasarnos 5 horas o más al día: la cama donde dormimos, nuestra mesa de trabajo, nuestro rincón del sofá.

Por otro lado, a menor distancia de una fuente de electro-polución mayor es el efecto que nos genera; de hecho la relación es exponencial; con intensidad mucho mayor en las distancias más próximas. La electro-polución más grande la solemos tener dentro de nuestra casa, aunque no siempre. ¿Cuáles son entonces los valores de riesgo para la salud?

Desde 1979 hay estudios que evidencian una correlación entre éstos y la leucemia infantil. Pero no es hasta la resolución 1815 de 2011 cuando la OMS declara que las ondas electromagnéticas son un potencial peligro para la salud y que es probable su relación con el cáncer; que es urgente investigar acerca de ello para poder demostrarlo y que de momento vale aplicar el principio de precaución, es decir, procurar que la cantidad e intensidad de los campos sea tan baja como se pueda.  Los standards que da la Baubiologie (la institución de más importancia que define principios de bio-construcción saludable) marcan como riesgo fuertemente significativo valores por encima de los 100 nanoteslas (para el campo magnético) y de 5 voltios/metro (para el campo eléctrico); siendo no significativo si está por debajo de los 20 nT y el 1 V/m. En esta página se encuentran todos los valores por la Baubiologie para cada uno de los campos. Sin embargo, las normativas de los países tienen standards mucho más permisivos; por ejemplo en España se permite hasta 100.000 nanoteslas y 5.000 volios/metro; valores que multiplican por 200 lo marcado como extremadamente significativo por la Baubiologie.

 

Dormitorio del ático de La Pedrera, Barcelona - Barba Corsini
Dormitorio del ático de La Pedrera, Barcelona – reforma de Barba Corsini

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Recomendaciones a nivel personal

Hay recomendaciones y criterios que se pueden tomar a nivel personal y a nivel de diseño de los espacios para mantenerse fuera de intensidades de riesgo.

A nivel personal lo que recomiendo es fijarse en qué hay cerca de ti en tus lugares de máxima permanencia; que son tu cama (especialmente cerca de tu cabeza) y tu lugar de trabajo (si estás sentado o ubicado muchas horas al día en un mismo lugar). Evita totalmente tener a menos de 50cm aparatos eléctricos que estén enchufados, incluso lámparas y la pantalla de tu ordenador.

Tuve la suerte de tener un aparato de medición de intensidad de campo entre las manos y estuve haciendo mediciones en mi habitación. Pude ver que los valores de intensidad cerca de mi lámpara de noche eran unos 300nT; a 0,5 metros decaían bastante y a la distancia de 1m ya habían disminuido por debajo de 10nT. Bastante parecido a la lámpara de estudio que tenía en mi mesa y a mi portátil. Con el router de wifi me llevé una sorpresa, pues hasta los 2 metros y medio de distancia aproximadamente los valores podían interpretarse como extremadamente significativos para la salud según la Baubiologie, y se podía medir también al otro lado de una pared. Cuando medí el teléfono móvil la intensidad ascendía increiblemente en la superfície.

Así que acerca del móvil, lo importante es tener los datos apagados cuando esté cerca de tu cuerpo. Yo los apago cuando llevo el móvil encima y cada vez que voy a hablar por teléfono (es tan fácil como desactivar los datos cada vez que lo guardas y antes de las llamadas). Y por supuesto todas las noches, enchúfalo, pero a uno o dos metro de distancia de ti.

Puede ser que tus espacios de máxima permanencia estén siendo contaminados por campos de los que no te das cuenta, por ejemplo que el vecino tenga instalado su router wifi justo detrás de la pared de tu habitación, o que por delante de tu casa hay un tendido eléctrico, o un trasformador en la planta inferior. Podría ser también que en la instalación eléctrica que hicieron en tu habitación pasaran un cable por la pared contra la que duermes, y que éste quede justo a la altura de la cabeza (bastante común, por otro lado, ya que se suele instalar un enchufe a ambos lados de la cama para colocar lamparitas). Si sospechas que así puede ser, pregunta o fíjate más, o bien pide un estudio a un profesional con aparatos de medición. Más abajo hago recomendaciones sobre cómo tratar problemáticas concretas desde la arquitectura.

Otra cosa muy importante es descargar el electro-estrés que vamos acumulando a lo largo del día por todos los aparatos, ondas y radiaciones con las que entramos en contacto. Hacer ejercicio, descansar las horas suficientes, caminar descalzo o cerca de elementos naturales como ríos, y estar contacto con la naturaleza son maneras de hacerlo.

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Vegan House, Ho Chi Minh - Block Architects
Vegan House, Ho Chi Minh – Block Architects

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Recomendaciones para un diseño electro-consciente

Tu propia casa y general los edificios también pueden ser un lugar de descarga de la tensión eléctrica acumulada si adoptan algunos criterios que para empezar no contaminan el ambiente de más campos, y en segundo lugar incorporan estrategias que limpian e ionizan negativamente el ambiente.

      • A nivel de materiales:

        • Escoger aquellos que no generen electroestática: preferir los materiales naturales como la madera, el tejido, el yeso a los acabados sintéticos, sobre todo los plásticos.

        • Evitar usar el acero y los metales (también en las armaduras, preferir las de fibras de vidrio o carbono a los redondos de hierro) ya que se magnetizan muy fácilmente y alteran el campo magnético estático.

        • No recubrir fachadas de acabados impermeables totalmente sellados ya que aíslan el ambiente interior del campo eléctrico ambiental. La casa debe ser una tercera piel que transpira para poder reproducir el ambiente eléctrico natural de 220V de tensión.

      • Mantener un nivel de humedad relativa del 50% (menor que esto acumularía electricidad estática).

      • Sobre la instalación eléctrica habría que tener en cuenta:

        • Apantallar los cables que pasen por zonas donde se van a sentar o situar las personas con cableado apantallado (más caro) o colocado dentro de tubos flexo-metálicos (opción barata).

        • Hacer la instalación en forma de árbol (ramificaciones) y no de bovina (dando la vuelta a las estancias), ya que ello generaría un campo magnético alterno de baja frecuencia asociado.

        • Tener una buena toma a tierra de grafito con una resistencia eléctrica de 6 ohmios o menor (valor de la Baubiologie) para descargar los campos eléctricos alternos de baja frecuencia.

        • Hay un aparato que se puede instalar, el desconectador bioswitch, que desconecta la tensión en toda la casa o en una estancia cuando todas las luces están apagadas. Así por la noche desaparece toda la tensión eléctrica en los cables y aparatos.

        • Evitar la cocina eléctrica de inducción.

        • Evitar los contadores inteligentes ya que emiten ondas de picos de casi el doble de la tensión que debería ser normal. (oscilan entre 42 y 89 kHz). Se puede instalar un filtro de frecuencias delante de los diferenciales para revertirlo.

      • Respetar distancias de seguridad en zonas urbanizables: no construir a menos de 400m de una tendido eléctrico de alta tensión y si fuese necesario construir cerca de una antena de telecomunicaciones o un transformador de tensión de grandes dimensiones hacer un estudio previo para determinar la intensidad de los campos y no construir en zonas con valores de riesgo para la salud.

      • En el caso que sea inevitable construir cerca de un campo intenso o se quiera aislar de una zona afectada se pueden adoptar algunas estrategias:

        • El único material de construcción que bloquea un campo magnético es el MU-METAL, muy caro, sin embargo.

        • Otra solución es apantallar con grafito: literalmente recubrir con varias capas de pintura de grafito las paredes, suelos o techos por donde entre la radiación. A veces puede hacerse sólo detrás del cabecero de la cama.

        • Colocar cortinas de malla metálica con derivación a tierra en las ventanas e incluso alrededor de la cama (evitan la entrada de campos electromagnéticos y eléctricos). Esto se recomienda en casos de electro-sensibilidad.

      • PLANTAS: Purifican los ambientes, regulan la humedad relativa e ionizan el ambiente con las cargas negativas que necesita captar nuestro campo bioeléctrico. La recomendación es entre 3 y 4 plantas cada 20m2.

En conclusión, nuestros entornos construidos han evolucionado ignorando las condiciones naturales del medio y el funcionamiento biológico del ser humano, en el tema eléctrico como en tantos otros. Ahora tenemos conocimientos suficientes para construir una arquitectura consciente que pueda, en efecto, permitirnos descargar nuestra tensión eléctrica y respetar nuestro bio-electro magnetismo y el ciclo de nuestra melatonina. (Y también hacerlo en medio de una ciudad híper-conectada). Pero las esperanzas para el parque de edificación ya construido por el momento son conocer los riesgos, localizar las fuentes y aplicar las precauciones que nos protejan de la electro-polución.

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Bibliografía

Sánchez-Montañés, Benito; Rojo, Teresa, Maestú, Ceferino. Vivir con radiaciones y salud. Ediciones Ecohabitar.

Silvestre, ElisabetVivir sin Tóxicos: Cómo ganar bienestar y salud para tu familia. Barcelona: RBA, 2014.

 

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