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Carta a El País

Creemos en la importancia social de la arquitectura y la investigación, de promover la equidad y del periodismo de calidad. Por eso, cuando un artículo periodístico causó nuestra indignación, escribimos a El País poniéndonos a su disposición para rectificar el texto. Lamentablemente, su respuesta nos confundió todavía más. El País, ¿no era un periódico adherido a criterios de equidad, exactitud y humildad?

Abajo os dejamos el intercambio de correos. Os animamos también a echar un vistazo a nuestra breve pero detallada taxonomía de la neuroarquitectura para información adicional sobre la temática y sobre nuestras fuentes.

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Artículo original / 2021-04-03

 

Nuestra carta / 2021-04-13

A la atención de la Dirección de El País,

Con razón de su reciente artículo titulado “Neuroarquitectura: la moda a la que se apuntan empresarios y futbolistas para diseñar sus casas”, publicado en la versión digital del periódico, queríamos expresarle nuestra preocupación por las fuentes consultadas y el contenido del artículo, que en nuestra opinión resta valor a la labor del periodismo y de la investigación transdisciplinar en arquitectura, y ponernos a la disposición de su equipo para la rectificación del texto. 

Somos un equipo de arquitectas comprometidas con la investigación y la difusión de conocimiento transdisciplinar en arquitectura, preocupadas porque las modas invadan nuestro ámbito profesional –en el cual llevamos más de 10 años trabajando. Formamos la plataforma Archiimpact, centrada en estudiar materias humanistas transversales a la arquitectura. Trabajamos de forma altruista por la información de calidad, apoyada con fuentes bibliográficas contrastadas. Únicamente sobre la temática de la neuroarquitectura hemos publicado diez artículos desde 2015.

Detectamos una falta de rigor científico en la información difundida en su periódico. Creemos que es un fallo grave que un artículo centrado en esta temática no consulte a los expertos en neurociencia que estudian su aplicación a la arquitectura, como lo hacen en universidades, despachos y laboratorios independientes localizados en todos los continentes. Queríamos resaltar los siguientes errores de concepto de su texto: 

  1. La neuroarquitectura no es un estilo arquitectónico ni una forma de hacer arquitectura, por lo tanto no puede sintetizarse en unas directrices concretas ni pueden existir edificios construidos con éstas. –La neuroarquitectura es más bien una sub-disciplina de la neurociencia cognitiva centrada en el estudio de las reacciones del cerebro a estímulos sensoriales que provienen del entorno; que sin embargo puede aportar una comprensión más profunda de la relación entre el ser humano y el espacio construido.
  2. La importancia de enriquecer los entornos construidos para el mayor bienestar de las personas es un valor universal, que no depende del poder adquisitivo del cliente ni tiene relación con los metros cuadrados ni con el presupuesto del proyecto arquitectónico.
  3. No existen a fecha de hoy estudios publicados en revistas científicas que hayan relacionado aspectos de la calidad del aire interior con reacciones neuronales; y son muy pocos los estudios que trazan resultados concluyentes entre variables de diseño ambiental y respuestas emocionales. 

Creemos que la rectificación de su artículo es una oportunidad para reparar el perjuicio causado a la investigación seria en este ámbito, y más allá de ello, a la transdisciplinariedad en arquitectura, al periodismo y a la equidad social. 

Sin otro particular, agradecemos la atención y nos ponemos a su disposición para cualquier información adicional.

 

Respuesta obtenida / 2021-04-14

Estimada Marta y compañía. Mi nombre es Sandra López y le escribo en relación al escrito que han remitido al periódico.

Sobre lo que comentan, no estoy de acuerdo en prácticamente nada. No se dice que sea un estilo arquitectónico y tampoco se dice que dependa del poder adquisitivo del cliente. Se dice que hay dos tipos de neuroarquitectura y que en España SOLO se aplica la basada en la literatura científica. Entre las fuentes está Juan Luis Higuera, arquitecto e investigador del Laboratorio de Neuroarquitectura de la Universitat Politècnica de València, que desarrollan un protocolo de garantía. No entiendo el «desconcierto por las fuentes utilizadas».

Por supuesto que siempre se pueden consultar más fuentes, pero teniendo en cuenta que la página llevaba dos fotografías el espacio no da para más.

Siento el descontento. En cuanto tenga la oportunidad de retomar el tema charlamos. Gracias por su tiempo. Un saludo

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